martes, 23 de junio de 2009

Grupo A. La otra crónica.

El encuentro ya estaba cerca. Esta vez, me disponía a un encuentro sin sorpresas, tranquilo, de alternar con la gente. El senderismo extremo y los barrancos difíciles quedarían para otra ocasión. Había mucha ilusión por medio y, sobretodo, muchas ganas de hablar con unos y conocer a los otros.

Por primera vez, se unieron federaciones catalanas y aragonesas en este evento. Al buen hacer de unos se le sumaría la ilusión de los nuevos. De entrada, los 700 inscritos hacían presagiar lo mejor, aunque con ciertas reservas.

Como tenía unos días, hice de avanzadilla, y el jueves a última hora aterrizaba en Ainsa donde me acogieron Hilario, Amparo y sus colegas. Utilicé la estrategia de la garrapata, así que me enganché a ellos y me dejé llevar hasta el mismísimo Gallinés Inferior, un barranco majo, con una imponente vertical de “nosecuantos” metros. Engañao como un chino, me puse mi traje de surf pensando en que apenas tocaríamos el agua… hasta que la cabecera, con su caudal constante me hizo presagiar lo peor. Es lo malo de ser garrapata, que uno no se mira las reseñas… Sin embargo, el calor estival de estos días consiguió convertir el error en acierto, disfrutando del descenso y padeciendo el agua en contadas ocasiones. Agradecer desde aquí su grata acogida temporal.

Por la tarde, formalización de inscripciones, primeras charlas, bungalows, exposición fotográfica, aperitivo de apertura, charlas, expositores… arrancaba la maquinaria.

Sobre las 21h, proyectábamos el audiovisual de la Cascada de Gavarnie. Para nuestras sorpresa, teníamos como espectador de excepción a unos de los aperturistas de los años 90 y que tras conversar con él nos contó que en sus años bajó la cascada unas 10 veces, y que una de las vías estaba ubicada cerca de la nuestra, en un diedro del margen izquierdo.

Tras la proyección, cena en los bungalows y amena charla regada de pacharán. El encuentro empezaba mejor que nunca.

Sábado 13 de junio

El Grupo A se decide a descender el Literola Inferior. Yo no tengo muy claro donde ir, pero finalmente las aguas me atrapan como los cantos de sirena a Ulises. Al llegar al parquing nos encontramos con una pareja que va a descender el barranco. Nosotros, tras cambiarnos, decidimos seguir sus pasos. Tras pasarnos el puente en la aproximación, y dadas las características del grupo y la gran cantidad de agua del barranco, decidimos entrar aguas arriba para darle un tanteo. Finalmente llegamos al puente de madera, donde Jero tuvo oportunidad de compartir unas palabras con la pareja, la cual parece ser que conoce bastante el barranco. Continuamos adelante.
Las instalaciones se encuentran bien ubicadas, ya que pese al caudal, se puede rapelar sin problemas. Sin embargo, el acceso a ellas es complejo y nos obliga a asegurar el acceso a las mismas continuamente. Llegamos a un punto donde no encontramos la reunión. Miramos a derecha e izquierda sin encontrar nada, hasta que en una losa veo brillar algo en el agua. Al fijarme mejor descubro los anclajes, los cuales se encuentran cuatro dedos sumergidas en el agua y camufladas por la espuma. Aprovechando un tronco cruzado, me aseguro desde él hasta llegar a los anclajes. Desde allí me asomo para ver el panorama. Aunque la recepción es segura, la marmita no tiene buena solución. Por la derecha, bordea la roca una fuerte corriente que en segundos te llevaría al borde de la cascada. Por la izquierda, un problema parecido, al que hay que añadirle un cruce de vena. Es únicamente problema del primero, ya que salvada la dificultad, el paso de los demás podría salvarse con un guiado. Pero optamos por salvar la vertical buscando un acceso lateral, desde la pinada. Ello nos obliga a una trepada por el bosque y una posterior destrepada no exenta de peligro, pues las piedras y el sustrato suelto, amenazan con alcanzar al compañero que nos precede. Montamos una instalación que nos deja finalmente en una zona segura del cauce. Desde aquí ya podemos divisar la carretera. Hay gente con chalecos reflectantes… no le doy mas importancia. Cuando sólo quedan dos, comprobamos que falta un compañero. Tras dar un rodeo y pegar cuatro gritos, no damos con él, así que termino de guiar el descenso de los que faltan y subo en su búsqueda. Tras alcanzar lo alto de la loma, y cansado de soplar por el silbato, por fin doy con el niño perdido. Dado que en este punto estamos tan cerca del cauce como de la carretera, optamos por bajar hacia el asfalto como podemos. Desde allí avisaremos de que estamos bien, pues hay contacto visual. Tras alcanzar el puente, nos quedamos sorprendidos, pues hay una ambulancia, dos coches de la guardia civil y una patrulla forestal. Al preguntar me comentan que el Greim está rescatando a una persona que está atrapada en los rápeles finales. Una chica ha dado aviso al equipo de rescate.
A partir de aquí, y sin saber que es exactamente lo que ha pasado, doy indicaciones a mis compañeros para que salgan del cauce.

Pasada una hora aproximadamente, nos reunimos todos y regresamos a Morillo de Tou, donde nos confirman el peor de los desenlaces. Además nos informan que un barranquista conocido por todos, ha fallecido en el Sorrosal.

En memoria de Alex y Jesús

“El agua, la misma que cae salvaje por las montañas y espumea entre las rocas con sed de conquista, hoy se torna salada en la mirada, y cae lentamente, suavemente, infinita…

Pocas veces se ha estado tan cerca de llorar de alegría como de sollozar de tristeza. Quizás por eso no llegamos a entender que es lo que ha pasado, ni qué es lo que ha fallado. Me persigue una sensación extraña, como de que esto no debía haber ocurrido, de que el destino se ha equivocado al marcar las fechas del calendario.

No conocía a ninguno de los dos. De Jesús, llegué a conocer a sus amigos cercanos, inmejorables compañeros de batalla. Gente transparente, sensata, amigable y competente. Nadie mejor que ellos para disfrutar del entorno que ofrecen nuestros cañones. Verdaderos barranquistas, humildes en su concepción de la vida. Ahora puedo imaginarme quien eras, y lo que han perdido.
De Alex, por caprichos del destino, me crucé con él aquel día. No hablamos, no nos miramos. Pero cuando pasaron junto a nosotros con paso firme y tranquilo, tuve la sensación de que aquel hombre de cincuenta y tantos podría enseñarme más cosas de las que pudiera imaginar. Esa decisión con la que se acercó a aquel barranco endiablado lo dijo todo de él. Ahora que ya se quien eras, me hubiera gustado estrecharte la mano y compartir juntos las espumas de tu Literola…

Algún día bajaré de nuevo los barrancos que se llevaron sus almas. De Ordesa a Benasque, de Murcia a Barcelona. Después jamás los volveré a descender, de la misma manera que jamás los llegaré a conocer. Para no olvidar jamás quienes somos, que pasó y que hemos perdido. Porque me veo tanto en ellos, que no puedo evitar pensar que aquel día, todos nuestros nombres estaban en las caprichosas manos del destino.

Por sus almas, que a buen seguro, corren bravas y espumosas allá donde estén.”

viernes, 19 de junio de 2009

Crónica del Grupo B, en Gorgs-Mayencos09.


El fin de semana era intenso y no dilatamos la salida, sobre las 15.40h salimos de Vinalesa Vicente, Bego y yo (Pájaro Rojo), dirección Morillo de Tou. Por el viaje vamos alcanzando a Jero, Diego y Raimon (Pajaro negro), Guillermo, Carmen (Pájaro 4x4), detrás nuestro (un par de horas) vienen Chavela y Rafeta (Periquito Rojo) y Mario (Pájaro Gris) ya se encuentra en Morillo desde el día de ayer.
Sobre las 21.10h, entrabamos en nuestra gélida proyección de la Apertura de Gavarnie, seguidamente., intentamos relajarnos, saludando al personal, inscribirnos y esa s cosas Sobre las 23.00h, reparto de cabañas, tortillas de patasas made “Raimón Mun” y desfile de copas de pacharán (necesarias para elaborar planing) Buff que suplicio, 11 barranquistas de nivel muy disperso, 500 barrancos en la zona, y F.Caro y Ritxi con un bombardeo de barrancos e ideas que están agotando el Patxi sin consenso alguno, al final (cuando llego el Patxi de 2ª) no partirnos en dos grupos, un grupo ir al Literola (Grupo A) y al Chardal (Grupo B), este último formado por Rafeta (golpe presidencial incluido, todavía tengo pesadillas), Carmen, Bego, Chavela y Víctor.

Sábado 13 de Junio:

El sábado nos levantándonos cómo podemos, la indigestión de endrinas hace mella en nuestros cuerpos. Desayuno, picnic y a por el Chardal, (sin topo, ni acceso, ni na de na, solo una vaga descripción en copa en mano de la noche anterior, del cual no somos capaces ni de recordar el nombre del descenso). Llegamos a Sin y utilizamos el comodín del público para la localización del mismo, preguntando por el lugar logramos en breve llegar al barranco. Sin combinación de coches y un acceso corto, estamos en cabecera en “un tres y no res” mi golpista Rafeta, se inicia instalando los rapeles con la técnica de cuerda simple, Carmen se inicia en los rapeles con descenso de 8 y Chavela estrena saca (por Dios, se han tenido que juntar 4 federaciones para que se produzca tal acontecimiento). El descenso es tranquilo y con pocas esperas a pesar de tanta novedad, el agua esta blanquecina (característica de este descenso) el cauce empieza abierto y bastante horizontal y poco a poco, de ciega y se va engorgando, cogiendo mayor verticalidad y encadenando varios rapeles (uno con coche encajado incluido). Cuando este se abre, parece que vaya a perder interés, salimos por el margen derecho. Para que nos dé tiempo a remontar barranco y atacar las Gloces, un clásico.
Después de 1 hora de coche llegamos a Fanlo y la suerte nos sonríe, ya que nos encontramos a unos viejos amigos barranquistas, Belen y Damiá (los tritones sin su tritoncito) que también se han decantado por las Gloces, así que decidimos realizar el descenso con ellos. Barranco sin combinación de coches y de acceso casi inmediato. El descenso, es breve, encajonado y sin desperdició (toboganes, saltos, rapeles, agua…) un caramelito para todos los públicos. A la salida Rafeta coge el coche e inicia el regreso a Valencia con buen sabor de boca y los demás decidimos tomar unas claras y refrescos en el bar de Fanlo.
La tarde se nos echa encima y no da para más, así que regresamos al encuentro, ducha expres, visita los stands, un par de cervecitas y posterior cena. La cena, divertida y bien refrigerada con cerveza, pacharán y helados (estos últimos con fallo de suministro y reclamación y incluida)

Al acabar la cena, entrega de premios, que por cierto el año que viene, no sé si nos dejaran participar, ya que arrasamos, con el Mejor Audiovisual y Mejor actividad Barranquista del año, además de entregarnos el último regalo que sorteaban (bobina de dinama de 50m). Claro después de tanto premio, hubo que celebrarlo, con música y mucho pacharán hasta fin de existencias.

Domingo 14 de Junio

Otro despertar con indigestión de endrina, preparación de bártulos y marcha hacia el Barranco del Yesa, esta vez los Grupos A y B, de camino, el Mario, nos engatusa, y sin saber cómo, de repente cambiamos planes y nos pasamos al barranco de Manatuero, sin cuerdas, cordelete y sin topo con la idea de enlazar los dos descensos. Empezamos el descenso, barranco salvaje, selvático, y en un ambiente aperturista, solo faltaba Alejandro con el machete. La cueva, las marmitas, el verde, y la ausencia de barranquistas hacen que disfrutemos del Manatuero. El descenso es lento ya que tiene más rapeles que de los estimados y somos 10 barranquistas, así que al finalizar el primer descenso decidimos, dejar el Yesa para otro dia, ya que son las 14.30, estamos a una hora de Morillo y a 5 de Valencia. Hay que hacerse la idea que lo bueno se acaba, montamos el operativo de regreso a casa. Comida a base de pasta, cuentas y viaje de vuelta.

No se le puede pedir más a un fin de semana, 3 descensos, charlas,proyecciones y explosiciones, 12 stands barranquistas, mil conversaciones con conocidos, ambiente barranquista 100% y del pacharán, no hice las cuentas.

jueves, 11 de junio de 2009

Barranco de la Peonera Inferior

Barranco de la Peonera Inferior (Rio Alcanadre) Sierra de Guara. Huesca

Barranco superconocido de la sierra de Guara. Lleno de barranquistas ocasionales y empresas de aventura. Divertido, sencillo y acuático en el estiaje. De cómodo acceso si solo se hacen los estrechos de Tamara. Con un final espectacular en la presa de Bierge.

Pero este barranco encierra unas cuantas historias trágicas con un final desagradable. Cuando se realiza fuera de las épocas más calurosas, se convierte en uno de los barrancos con más accidentes de toda la península.

Llevábamos toda la semana viendo el caudal del río. Pintaba muy bien, pero en los últimos días, este descendió hasta los 2,5 m3/seg. Medida nada desdeñable. Pero menos de la que esperábamos.
Sábado por la mañana, cielo encapotado y con un riesgo alto de lluvias. Comenzamos a caminar cerca de las 12 del mediodía. Tras una aproximación con una conversación barranquista agradable, llegamos al inicio del descenso. En la primera observación del caudal, pareció que no llevaba demasiada agua, pero bastó un primer contacto con ella para darnos cuenta de que no había que menospreciarlo.

Tras un largo pateo por el cauce sin ningún tipo de interés deportivo, aunque sí estético, llegamos a los estrechos de Tamara. Zona en la que el descenso se encañona y comienza a exigir más de nosotros.

En primer paso, es uno de los más peligrosos, pues es un gran sifón aspirante que en caso de que te despistes y no lo preveas, te traga sin que se pueda hacer nada. Se llama “El paso de Anaís”, en memoria de una chica que falleció en este lugar.
Estos estrechos se caracterizan por tener un montón de bloques en el cauce que con esta agua propician la aparición de múltiples sifones. Teníamos que ir con cuidado por nos encontramos unos cuantos.


Tras superar ciertos pasos un poco complicados, llegamos a las fuentes de Tamara, que nos indican el final de los estrechos con el mismo nombre.

Seguimos andando un tramo por cauce abierto hasta que llegamos a otra zona encañonada, llamada “Los estrechos del Puntillo”. Esta cerrada es mucho menos técnica que la anterior pero estéticamente bonita, pues está configurada en conglomerado (material rocoso muy común en Guara) a diferencia de la caliza de los “Los estrechos de Tamara”.

Una vez pasada esta parte seguimos andando por el cauce hasta la presa de Bierge. El final del descenso concluye con un salto de 9 metros desde la presa.

Tardamos unas 5 horas y media, con aproximación, parada técnica para comer y filmación en video. No está mal!

A las 6 y media ya estábamos en el apartamento tomando unas cervecitas.




Fecha de la actividad:23 de Mayo de 2009
Participaron: Mario, Jero y Diego
Texto y fotos: Diego

miércoles, 10 de junio de 2009

El Futuro del Tracalet!!

Domingo sobre las 8.45h, con 15 minutos de retraso de Víctor y Begoña, salimos dirección Cirat en busca de la Cogonda. Los integrantes de la expedición son: En el coche azul, Vicent Carbonell, Tere Pardo, Vicent Carbonell Jr. y Leire y en coche Rojo Begoña González, Olga Carbonell y Víctor Pardo, en busca de la Cogonda.

Sobre las 9.15h entrabamos en la localidad de Cirat donde tuvimos que preguntar a los lugareños por el acceso a la cavidad, y en “fet i no res” estábamos en la cavidad, almorzando, reponiendo fuerzas antes de lanzarse a la aventura.

Los objetivos a cumplir no eran fáciles, y empezamos el juego de orientación y exploración planteado, se dio una topografía a cada explorador con sus objetivo que son, llegar a la Sala de los Exploradores, la Sala del Nacimiento, la Sala Petrificada y encontrar e interpretar las pintadas.

Olga fue la que en principio llevaba la iniciativa y nos llevo a la Sala del Explorador, Seguidamente, después de pasar un par de gateras y demás estrecheces tuvimos que retroceder e invertir el recorrido para buscar la Sala del del Nacimiento, Vicent, encontró el murciélago que estaba invernando y el paso estrecho, que nos llevaría a la Sala del nacimiento y donde allí vimos varios espeleotemas como , los gours, las estalactitas y coladas y después nos dirigimos a buscar las cotas más bajas, para encontrar las famosas pintadas republicanas.

Leire en tuvo sus problemas, ya que se dio un fuerte golpe en la espinilla y tras un análisis de la lesión, decidió proseguir en la aventura, después de haber descubierto ella el paso a la sala de las pintadas.

Me sorprendió muchísimo la gran capacidad de orientación en la cavidad, el compañerismo demostrado y la destreza espeleológica en los destrepes, chimeneas y demás pasos.

Un diez, tanto para los exploradores noveles, como sus papis.

Finalmente fuimos a bañarse al río de Montanejos y de vuelta compramos unas cerezas en Montan, que estaban de vicio!!
Un domingo perfecto, y es que mis sobris son mucho sobris!!

Víctor y Bego, 24 de Mayo del 2009

jueves, 4 de junio de 2009

La luz o Los Oscuros del Balcez


A principios del XVIII Isaac Newton, explicaba la naturaleza de la luz como un conjunto de partículas que se propagaban en línea recta, demostrándolo con fenómenos como el de la refracción de la luz.

Esto lo explica diciendo que las partículas de la luz cambian su velocidad si pasa entre dos medios de diferente densidad (aire-agua). Efecto que explica el porque no sabemos calcular bien la profundidad de una poza y siempre sentimos como nos engaña la vista.
Otra “corriente” que comienza en el XVII con Huygens, se declinó a pensar que la luz era una onda (teoría ondulatoria), que con el paso de los años y los avances científicos acabó por explicar fenómenos como el de las interferencias o la polarización. Uno de los lugares donde mejor se puede apreciar este efecto es dentro de un barranco como los Oscuros del Balcez.


Nos encontramos en uno de los tramos más bonitos del Balcez, con un carácter acuático, ya que recoge toda la cuenca del Balcez superior y a modo de gran cañón, va poco a poco encajándose hasta llegar al desfiladero muy estrecho donde el juego de colores rojizos provocados por la oxidación de la caliza nos cautivarán durante todo su recorrido.

Casi todo su recorrido se hace entre calizas hasta llegar al tramo final donde aparecen los conglomerados.
Tiene algunas zonas abiertas con grandes bloque pulidos, que junto al agua y la luz, (ya sea de origen corpuscular u ondulatoria), crea unas estampas preciosas...


Se trata de un barranco con caudal permanente, aunque es muy sensible a las crecidas debido a su gran cuenca. Tuvimos suerte, ya que lo pillamos alegre y pudimos divertirnos por sus pasillos, dejándonos llevar por la corriente.

En cuanto al horario, perfecto... es de esos barrancos que sin tener que madrugar y sin tener que correr... te permiten llegar a las 14:00 horas al apartamento (que nos había reservado Diego) y mientras nos tomábamos unas cervezas, Mario preparó unos espaguetis ... cojonudos!!!


A las cuatro de la tarde estábamos camino de Valencia, con las pilas cargadas y las retinas grabadas con "la luz" del Balcez.



Me despido con este "tonto" vídeo grabado en el interior del desfiladero.

Fecha de la actividad: 24 de Mayo de 2009
Participaron; Mario y Jero
Texto y fotos; Jero