Lunes, engaño a Pakito nuestra joven promesa y a Miguel, para descender hasta las entrañas del Infierno. Me pregunto el por qué nadie quiere venir, jajajaj pronto lo sabré, pero por mi misma!
Nos levantamos temprano y nos ponemos en camino para llegar a la Vall d´Ebo (zona ya super conocida por nosotros) en la Marinan Alta (Alicante).
Es un barranco encañonado prácticamente en su totalidad y muy abrupto catalogado de dificultad media-alta pertenece al río Girona que normalmente está bastante seco, a no ser que hayan habido lluvias torrenciales.
Aparcamos frente una adorable casita rural y yo prefiero ponerme el neopreno (siempre frío aún no me han implantado el gen de los Cachas del Tracalet) y comenzamos a seguir una senda que bordea la montaña para llegar a la cabecera. Un riachuelo, nos refresca, sobretodo a mí, del descenso. El final: una pedrera con grandes rocas desplomadas.
Comenzamos a descender los primeros rappeles, casi destrepes, pero la roca es lisa y resbala mucho. Seguimos el lecho del río y cruzamos pozas de agua estancada pero limpia y extremadamente fría. Uys que vemos! Un ocho en una poza, me dicen que me tire a por el, bueno… llevo el puño para salir de la marmita trampa. Madre mia! Qué frío, el agua está cortante que no me deja respirar y no logro sacar el ocho. Miguel instala un pasamanos, qué hombre! Qué profesionalidad y qué culito! Pakito es el encargado de asegurar a Miguel, mientras recupero el resuello del frío del agua
Cruzamos: Miguel fácil, a Pakito le cuesta más pero sus vigorosos 17 años hacen que lo difícil sea fácil y yo? Jajaja yo me quedo colgada como un jamón a mitad del pasamos y tengo que sacar mi puño para auparme (otra vez estas malditas vagas que son demasiado largas)
Al final, logramos cruzarlo los tres, aunque Miguel ejerce como siempre de héroe conmigo, y me echa un cable al final. Y seguimos descendiendo hasta llegar al siguiente pasamamos.
Decidimos, al ver cuantioso material colgado, que lo mejor es que se pongan el neopreno y salgamos de la marmita por el agua. Recuperamos algo de material del grupo de Pelacanyons que procederemos a devolver en señal de hermanamiento (Pakito el mas dadivoso ya que buceó para recuperar un piraña, el otro grupo promete cervecitas)
Salimos de la poza, y continuamos andando, apenas hay agua y llegamos a una especie de poza profunda sin agua con piedras (parecido a una pedrera y con rocas grandes desplomadas) con una cadena colgada del techo y yo me pregunto: hasta ahí suele llegar el agua? Miguel me lo confirma, él ha salido gracias a esa cadena, yo me asombro, tiene una altura de aproximadamente12 metros, con pequeños escalones de vía ferrata hechos un desastre a la derecha, pues si que es torrencial.
Ya alcanzamos la salida del barranco, y caminamos por el lecho pedregoso, vaya! Encuentran un fósil: una pequeña concha fosilizada y petrificada, qué bonita! La pondré en el despacho.
Pronto descubro el por qué de la mínima asistencia al evento, el retorno: escalones moriscos cómodos pero muy duros y largos en distancia. Se nos hace de noche, menos mal que el Tracalet siempre va preparado con frontales y mantas térmicas.
Alcanzamos una casa en mitad de la nada! Uys, sí tiene una arquitectura como las que vemos en la Tv del Tíbet y la misma hospitalidad: nos ofrecen té montañero. Lo rehusamos y seguimos caminando hasta el coche donde nos cambiamos y volvemos a casa satisfechos y exhaustos (por supuesto a mitad camino mi héroe paró para que Pakito y yo, menos curtidos él por novato y yo por friolera, nos compráramos un fantástico chocolate autocalentable)
Redacción y fotografía: Ariadna
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