Planteamos un fin de semana en la Sierra de Guara, el 14 y 15 de enero. Sabíamos que haría frío y aunque íbamos concienciados, la frase “qué hago yo aquí pudiendo estar en Murcia haciendo espeleo” se repitió minuto a minuto.
Tras reunirnos en una casa en Rodellar con unos amigos vascos, decidimos descender el barranco de Otín por proximidad y falta de agua.
Nos levantamos relajados, sin prisas, pues a las 8:30, marcaban -6,5 grados. Tras el desayuno, comenzamos a patear por el Mascún, el cual presentaba una fina capa de escarcha blanca que daba un aspecto nevado a la sierra.
La primera imagen del cañón fue una poza con agua totalmente congelada. Bajamos unos metros el barranco para comprobar si el rápel, llamado el saltador, también presentaba hielo en su acceso. Al final resulto que sólo algunas pozas tenían agua congelada, el resto estaba seco y sin hielo.
El descenso transcurrió normalmente con algo de frío, aunque nada que ver con la mañana.
Una vez llegamos al Mascún, parte de las marmitas con cauce activo estaban congeladas.
Sobre las 17:00 llegamos a Rodellar y una grata sorpresa fue ver que había un bar abierto. Tras una ducha, vino el momento de la cerveza, papas y unas partidas al ping-pong.
En la cena discutimos el barranco del día siguiente y se eligió el barranco de San Martín de la Val d´Onsera. Un barranco cercano a Huesca, corto pero de largo acceso.
La mañana del domingo no mejoró, pues a las 10:00 el termómetro del coche marcaba -6,5 grados.
Durante el pateo de acceso, volvimos a escuchar y de forma muy reiterada la frase “que insensatos somos pudiendo estar en Murcia haciendo espeleo”.
Nuestra sorpresa estuvo en que el barranco presentaba un caudal débil desde el inicio deportivo hasta el final de la parte engorgada. Entre el frío y el agua, de nuevo la frase “que insensatos somos pudiendo estar en Murcia haciendo espeleo” sonó con mucha más fuerza que nunca.
El descenso se completo con sólo una persona mojada de forma integra. El resto nos mojamos poco más de las rodillas.
Nº de participantes: 5
Diego Caballero
4 comentarios:
Buena crónica, aunque yo, o sea, el que se mojó entero (y sobrevivió), no oí en ningún momento lo de Murcia,sino para allá vamos...sería que me apretaba demasiado el gorro las orejas??
Un saludo a la peña Valenciana.
Yo tengo bien claro quien era el autor de esas palabras, jejejeje.
Raimon
buena y gelida cronica... lo bien que se estaba en Murcia...
Víctor
Yo confirmo esa frase. Que bien se estaba...
Saludos, arturo
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