El Balcez es el río mas largo y encañonado de toda la Sierra de Guara. También es el mas solitario en la mayor parte de su recorrido. Solo el sector de los Oscuros es frecuentado y el mas conocido.
Tiene la friolera de mas de veinticinco barrancos que desembocan en sus aguas, tanto por su parte derecha como por su parte izquierda. Algunos muy conocidos como Cueva Cabrito, Fondo y Alborcelar, y otros no tanto como Pallas, Biña, Tosca o Sabina.Este fin de semana hemos decidido entre otros descender el Cueva Cabrito, es quizá el barranco en conglomerado más sobresaliente de toda la Sierra de Guara. Diego ya lo ha descendido en varias ocasiones, yo ninguna.
Salimos el viernes por la noche desde Valencia Diego y yo. Llegamos a la Sierra sobre la una de la madrugada. Fuimos directos al parking de la presa de Bierge, donde pernoctamos. Preparamos el coche, los sacos y a dormir.
A la mañana siguiente nos despertamos con dos grados bajo cero, pero aguantamos como dos jabatos.
Nos asomamos a la presa y estaba espectacular, llovió bastante durante la semana.
Desayunamos y directos a nuestro primer objetivo, el Barranco de Xuncar. Situado en la derecha orográfica del río Balcez entre los barrancos Fondo por la parte alta y Cueva Cabrito aguas abajo.
Comparte parking con Cueva Cabrito.
Sobre las diez de la mañana aparece por el parking un lugareño, Tito. Hombre que se conoce toda la sierra como la palma de su mano, a participado en infinidad de rescates y está enamorado de la sierra. Vive en en una casa rodeada de bosque muy cerca del parking.
Estuvimos conversando un rato con él. Le comentamos los barrancos que teníamos previstos descender. El señor muy amable se preocupó por nuestra seguridad y por la noche quedó en salir de su casa para ver si ya habíamos terminado los descensos del día.
Iniciamos la aproximación al barranco del Xuncar, nos costó encontrar la entrada del cauce. No es un barranco conocido con lo cual no está transitado. Por fin vimos los primeros indicios, unas chapas roñosas y oxidadas. No nos fiamos de ellas y todos los rapeles los hicimos desde naturales. De repente aparecemos en un cauce que nos venia por la izquierda y que no era el Balcez, "¿donde cojones estamos?, pero si el Xuncar cae al Balcez....." nos dijimos uno al otro. Pocos metros mas abajo nos dimos cuenta que estábamos en el barranco Fondo.
Habíamos accedido a el por el afluente derecho numero dos. El Fondo tiene cuatro afluentes todos por su orilla derecha.
Descendimos todo el Fondo con su respectivos rapeles y por fin salimos al río Balcez, pero aguas mas arriba de donde deberíamos haber salido.
Llevaba un caudal bastante alegre, pero solo podría ser comprometido en las partes mas estrechas.
Ni el Fondo ni su afluente los teníamos previstos para descender. Nuestro objetivo era el Xuncar y Cueva Cabrito. Eran casi las dos del medido día y decidimos ir a por el Xuncar.
Estrechos de Cajigar |
Para poder llegar a el debíamos descender el Balcez hasta llegar a los estrechos de Cajigar, cruzar luego los estrechos de Cautiecho y remontar por la senda de retorno del Cueva Cabrito casi una hora.
Estrechos de Cajigar |
Bco. Cueva Cabrito a nuestra izquierda subiendo. |
Llegamos a la cabecera del Xuncar, reponemos fuerzas y para abajo. Está formado pero sin mucho interés aunque yo me lo esperaba peor, pero me gusto bastante.
De nuevo desembocamos en el Balcez. Nos quedaban pocas horas de sol, y aun teníamos que volver a subir la misma senda que horas antes.
Sobre las siete de la tarde llegamos al coche, reventados después de descender tres barrancos y subir dos veces por la dichosita senda.
Decidimos cambiar los sacos de dormir y el coche por una cama y una ducha.
A la mañana siguiente y ya repuestos nos fuimos de nuevo al mismo parking que el día anterior para descender el esperado Cueva Cabrito.
Llegamos sobre las nueve y media, no vimos a Tito, por lo visto el sale al parking a charlar con la gente que se encuentra sobre las diez.
Esta vez si que teníamos claro la senda de acceso al barranco. En escasos quince minutos ya estábamos en el primer rapel.
El barranco esta formado por cuatro partes bastante diferenciadas. La primera muy estrecha, siguiéndole por una sucesión de rapeles en una zona de oscuros. La tercera parte es la que pone a prueba nuestra condición física con una sucesión de pasillos estrechos y sinuosos que nos obligan a trabajar en oposición durante todo su recorrido. Y su ultima parte y espectacular, los oscuros finales.
Estando en la primera zona de oscuros, oímos al helicóptero pasando a muy baja altura y recorriendo el cauce. Las pasadas son repetidas y por las horas que eran, las once de la mañana, supimos que nos buscaban a nosotros.
Salimos rápidamente de la zona de oscuros para ponernos a su alcance. En otra de las pasadas ya vimos que se trataba de la Guardia Civil, ellos también nos localizaron. Bajó casi a nuestra altura y le indicamos que estábamos bien. El piloto levantó el dedo pulgar y viró bruscamente.
Pensábamos que se marchaba cuando de repente empezó a descender provocando con el viento de las aspas la caída de piedras justo donde estábamos nosotros. Nos resguardamos como pudimos dentro del cauce hasta que desapareció. Lo que pasó es que descendió para dejar a un compañero para poder hablar con nosotros. Mantuvimos una conversación sin vernos y a base de gritos. Quedó todo claro, fue una falsa alarma.
¿Quién avisó al 112?,......
Seguimos descendiendo el barranco. Mas abajo en una de las laderas vemos a un cazador apostado esperando a su presa. Hablamos con él y nos comunica que la Guardia Civil nos está buscando. Falsa alarma. ¿Quien avisó a la GC?......
Llegamos a la ultima parte, la de los oscuros y tras ella la desembocadura en el Balcez.
Inicio zona oscuros. |
Justo antes de la desembocadura. |
Desembocadura al Balcez |
Solo nos queda remontar un poco el río y cojer de nuevo la senda que por dos veces hicimos el día anterior.
Sobre las dos del mediodía llegamos al coche nos cambiamos y nos fuimos directos a ver al amigo Tito.
Palabras de Tito nada mas vernos, "La que hemos liado esta mañana, eh?"
Un acto de buena voluntad y por nuestra seguridad, Tito fue el que llamó al 112.
La noche anterior hacia frio y no se encontraba muy bien. No salió al parking a ver si aun estábamos allí.
A la mañana siguiente, como todos los días, Tito aparece en el parking a las diez y ve nuestro coche. Se imagina lo peor, y es cuando llama al rescate.
Es de agradecer que personas así aun existan.
Gracias Tito por estar ahí.
Después de charlas un rato con él, volvimos para Valencia.
Fotografía: Diego, Andrés.
Redacción: Andrés.
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