Quedamos a las 7:30h en la gasolinera de Los Arcos, en Bétera. Estuvo genial haber contado con el cambio de hora a nuestro favor.
Cuando ya estábamos todos, excepto alguna baja de última hora, por complicaciones lúdico-nocturnas, nos dispusimos a salir en dirección Argelita, para iniciar nuestra actividad. La logística consistió en 3 vehículos, para poder llevar a cabo las aproximaciones mas cómodas.
Los miembros integrantes de la expedición fuimos:
Loli, Andrés, Borja, Pimpollo, Tica, Carlos Capitán, Jorge, Fernando, Roberto y yo Mari Carmen.
Llegamos alrededor de las 9:15h y Pimpollo, Andrés y Borja fueron a dejar los coches en el lugar de la finalización del primer barranco, Mas de Chicharro.
Mientras tanto, a falta de bar, nos propusieron que junto a unos cazadores agazapados cerca de nosotros a la espera de alguna presa, almorzáramos tranquilamente.
La idea era esperarles, pero como supusimos que Andrés vendría con prisa para iniciar la actividad empezamos a cargar energía para lo que nos esperaba.
Cabe destacar que ambos barrancos eran secos.
Iniciamos la aproximación del primer barranco,” Mas de Chicharro" la verdad que llegamos enseguida a la cabecera, pese a que lo de la reseña de girar a la izquierda al pasar el último árbol antes de la curva, o algo así... inducía un poco a error. Error que efectivamente cometimos, pero Loli o Andrés estuvieron rápidos para darse cuenta y retroceder los 3 pasitos que por errar dimos de más.
En cuanto llegamos, nos equipamos rápidamente y comenzamos a descender con el primer rapel, la verdad que al ser un barranco muy vertical entre rapel y rapel no había a penas distancia.
Hubo un total de 11 rápeles siendo el de mayor altura de alrededor de 50 metros con la mitad de dicho rapel volado. Este fue un a barranco muy entretenido.
La salida fue bajando el último rapel, que enseguida venía una subida a la carretera por una pedrera sobre una cuesta, por la que había que ir con precaución para no resbalar.
Hablando de resbalones, no en ese punto sino en otros Loli y servidora dimos buena cuenta de alguno...
Una vez finalizado este barranco, sobre las 13:15h y ya en la carretera mientras esperábamos a que subiera Jorge, (quien decidió dar un paseíto en dirección contraria al salir del barranco), Pimpollo tuvo un conato de cambio de actividad y sugirió la posibilidad de ir a comer una paellita en lugar de aventurarnos en el siguiente barranco.
Tras intentar captar aliados y pese a que hubo algún adepto a su propuesta decimos como bien he dicho, aventurarnos en el barranco denominado Buitrero, barranco en el que sin lugar a dudas, se equivocaron con la nomenclatura, pues algo así como "Barranc de les Punxetes" le habría hecho más honor, vaya incalculable cantidad de aliagas y zarzas nos encontramos, pisamos y nos pincharon, por supuesto.
En esta segunda actividad, de nuevo fuimos con los coches al inicio y Andrés, Pimpollo y Borja se bajaron con los vehículos para dejar dos al final del barranco y volvieron para comer, esta vez más tranquilos pues no había cazadores ni se oían disparos.
Iniciamos la aproximación sobre las 14:30h.
Este barranco fue más largo y menos vertical, por lo que entre cada rapel había más distancia, constaba de un total de 9 rápeles de no mucha altura y también se podía disfrutar de bonitas vistas.
Las últimas dos horas fueron un poco menos cómodas debido a que caminamos rodeados de zarzas y aliagas. Encabezaron ese paseo Pimpollo, Tica y Carlos Capitán, suerte que Pimpollo fue abriendo camino entre tanto pinchito...
Al final volvíamos Loli, Roberto, Fernando, Borja y yo. Parecía que no se acababan las pinchas!!!
Andrés nos comentó que en el charco rojo debíamos girar a la izquierda y ciertamente se veía la carretera pero la subida por ahí era a través de otra resbaladiza pedrera, lo que no fue un impedimento ya que por ahí que tiramos... Indudablemente giramos demasiado hacia la izquierda...
Ya en la carretera comenzamos a andar, enseguida escuchamos las voces de los que iban delante que estaban en un merendero.
Finalmente terminamos sobre las 18:30, faltó poco para que se nos hiciera de noche, y aunque todos llevábamos frontal, ya eran unas horas muy respetables para acabar.
Subimos a los coches y para clausurar la actividad fuimos a tomar la merecida cervezota al bar del pueblo. Momento en el que recordamos que el plan alternativo de Pimpollo de la paella hubiera sido una muy buena idea, jajaja...
Ahora en serio, la actividad estuvo genial.
Muchas gracias Andrés por la organización y a l@s dem@s por la colaboración.
Redacción: Mari Carmen
Fotografía: Andrés.
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