Las navidades recién pasadas y algo había que hacer para desentumecerse he ir perdiendo el acumulado de polvorones.
Así que la Safor fue nuestro destino, el Barranco de la Murta en Xeraco y la ferrata de les Marujes en Tavernes de la Valldigna.
El primer punto de encuentro Picassent y de allí al aparcamiento del barranco. Allí nos esperaba nuestro compañero Jordi, y no sin la discusión pertinente, de donde se debe almorzar, nos acercamos a la cabecera del barranco.
Almorzamos cada uno lo que llevaba y sin perder demasiado tiempo. Nos pertrechamos con nuestros equipos y a la faena que para eso habíamos ido.
Uno tras otro vamos descendiendo las verticales hasta finalizar el descenso.
Un retorno suave y a los coches.
Nuestro amigo Jordi nos deja y el resto del equipo tomamos un tentempié y sin perder demasiado tiempo nos dirigimos a Tavernes.
Una vez en el aparcamiento de la ferrata preparamos el material y a lo que tocaba.
Una suave aproximación y a equiparnos.
La primera parte de la ferrata suave, luego ya alcanza verticalidad.
Y empiezan los comentarios que si fulano se cayó, que si mengana la tuvieron que ayudar y yo mientras pensando para mis adentros "que sea lo que Dios quiera". Al final no era para tanto. Una subida corta y sin ninguna complicación técnica ni física, "que exagerada es la gente".
Una vez todos arriba montamos el descenso mediante dos rapeles y en un momento todos fuera de la ferrata.
Un corto retorno y a tomar un refrigerio en un bar de Tavernes y hacia nuestra casas.
Pero la aventura no había terminado. Uno de los vehículos pincha en la A7.
Cuando nos apartamos a un lugar seguro para cambiar la rueda, la de repuesto estaba sin aire. Llamamos a la asistencia y al otro vehículo, el cual recoge a Loli que tenía que entrar a trabajar a las ocho de la tarde, el resto esperamos a un taxi y a la grúa.
Al final sin demasiado problema llegamos nuestras casas.
Un día completo no demasiado exigente, ni técnica ni físicamente.
Redacción: Vicente M.
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