Salida viernes por la tarde con destino a Nueno, Loli, Dolz, Diego y yo (Andrés).
Sábado 20, Gorgas de San Julián y afluente San Julián.
Las Gorgas de San Julián es un desfiladero contiguo al Parque de la Sierra y Cañones de Guara.
Es por el oeste, el primer barranco de estas sierras oscenses, estrecho y profundo en conglomerado.
Su afluente principal cae a este por su derecha orográfica una vez paso el Belén y antes de la Ermita.
La idea era descender en el mismo día el Gorgas de San Julian, su afluente San Julián y el Fenés, también afluente de la gorga pero desembocando pasada la parte estrecha.
Finalmente y con motivo de diversos retrasos que mas adelante explicaré, no fue posible el descendo del Fenés. Llegamos al coche ya de noche.
Salimos pronto de nuestro campo base ubicado en la población de Nueno, a escaso kilómetro y medio del parking, común para los tres barrancos. Al llegar al parking nos encontramos con un grupo que iba a descender el afluente San Julián. Nos despedimos de ellos y a buscar la cabecera de la Gorga.
A los cinco minutos de andar por la senda, hay que salirse por la derecha campo a través y con bastante desnivel para ir ascendiendo por una cresta. Así casi dos horas hasta llegar al gran embudo del inicio de la gorga.
Llegando al embudo, los disparos y ladridos de los perros, justo al otro lado del cauce nos ponen en alerta y con duda de entrar o no al cauce. En varias ocasiones llegamos a ver a los perros detrás de un jabalí dirigirse ladera abajo hacia el cauce, uffffff, que chungo lo vemos. Como entremos y la jauría también ya no hay vuelta atrás.
Descendemos poco a poco por el embudo hasta que finalmente llegamos al mismo cauce del barranco. Corre un poco de agua, así que nos ponemos los neoprenos. En ese momento oímos el gruñido de un jabalí y ladridos de perros. Diego se sube un par de metros por el lateral del cauce y ve en la orilla de enfrente y casi en el cauce al grupo de perros enzarzándose con el jabalí. No teníamos vuelta atrás, solo esperar que la jauría no cayera dentro...
Esperamos unos minutos encaramados en el lateral del cauce hasta que se deja de oír el gruñido del jabalí y los perros al rededor de el. Ha muerto.
En escasos cinco minutos a lo ocurrido empiezan a aparecer buitres. Estos se posan en el mismo lateral del barranco a pocos metros del lugar de los echos y de manera impávida se quedan observando. Decidimos ponernos en marcha.
Según vamos progresando por el fondo del cauce nos van cayendo piedras por un lateral. Son los perros que siguen dando vueltas al cadáver y van moviendo todas las piedras sueltas del típico conglomerado. Una de ellas le da en el hombro a Diego y otras de gran tamaño nos pasan bastante cerca. No podemos hacer nada, solo correr para pasar rápido y dejar atrás a los perros. Finalmente superamos su posición y respiramos. En todo lo ocurrido, hemos desperdiciado un tiempo importante.
Ya por fin empezamos a disfrutar de la Gorga. Pasillos estrechos, profundos, agua, rapel tras rapel sin apenas descanso, oposición , etc, etc.
Llegamos al último rapel, en el que en su base hay una surgencia importante. Este rapel nos deja en una gran sala abovedada en la cual solo entra luz por la grieta estrecha que forma la gorga.
Yo personalmente le encontré un pequeño parecido a la Capelle, ubicada en el circo de Cilaos (Isla Reunión).
Termina la parte deportiva, y en unos metros nos encontramos el Belén dentro del mismo cauce, debajo de la gran bóveda. Ahora hay que salir de la gorga, para ascender hasta la Ermita y buscar el inicio del afluente. Nos quitamos arnés y chaqueta de neopreno.
Salimos y a los poco metros a nuestra derecha vemos la gran vertical del afluente. Sorpresa la nuestra cuando vemos al grupo que encontramos en el parking aun colgados, a cada uno en una reunión y diversas cuerdas colgando de la vertical.
Es muy raro que aun estén allí porque la aproximación a la gorga, el descenso, el incidente con los perros, etc, etc, es muchísimo mas tiempo que llegar al afluente y descenderlo. Está claro que algo les ocurre.
Podemos comunicarnos con ellos, pero a duras penas. Nos hacen saber que el chico que está mas bajo no encuentra la cabecera de 55m y este se encuentra situado en un abrigo a refugio del agua que está cayendo de la cascada. Su compañero, situado en la reunión mas arriba de él, a penas tiene contacto sonoro con él y ninguno visual. Nos dicen que se esperan a que nosotros lleguemos por detrás de ellos para poder ayudarles a encontrar la reunión o hacer una única tirada de 85m hasta el suelo.
Lo vemos un poco raro porque aun tardaremos casi dos horas en llegar al cauce y después descender cuatro rapeles hasta llegar a ellos, pero bueno, para allá que vamos.
Cogemos la senda de la ermita y pasamos por ella.
La senda empieza a descender directa al barranco Fenés pero nosotros tenemos que ir por la derecha montaña arriba y sin senda. Por donde mejor lo vemos nos salimos de la senda principal y empezamos a ascender sin ningún tipo de referencia. El ascenso es duro y mas después de una aproximación parecida, con el material mojado y el peto puesto.
Finalmente llegamos a lo mas alto, ahora toca llanear y encontrar cual es el afluente correcto. Llegamos a este y descendemos la ladera con sumo cuidado hasta llegar al cauce.
Empieza a hacer frio, quedan pocas horas de luz y el sol ya no entra en el cauce.....
Comemos algo mientras nos equipamos y para abajo.
Descendemos los cuatro rapeles que nos separan de la gran vertical. Llego yo el primero con la incertidumbre de lo que me voy a encontrar. En la cabecera me encuentro una cuerda con un minúsculo nudo que empotra con un mallón y sin rastro de nadie. Oigo un grito. Es el otro grupo que ya están todos abajo reunidos en el único punto que entra un rayo de sol. Me hacen señales para que les suelte la cuerda. Por lo visto al recuperar desde la cabecera de 55m se ha hecho un pequeño nudo y no la pudieron sacar. Me pongo mi cuerda para poder asomarme a la vertical a ver si encuentro la cabecera de 55m. Allí está, unos metros por debajo del abrigo donde e había quedado refugiado el primero del grupo. El rapel estaba instalado con dos cuerdas ¿qué habrá sucedido ahora en este?. Espero a mis compañeros, ultimamos detalles y bajo hasta la cabecera de 55m. No me encuentro nada raro, de repente oigo que me dicen los de abajo que si quiero rapelar por sus cuerdas. Les digo que no se preocupen, que ya llevan bastantes horas allí. Recuperan sus cuerdas y nos despedimos. Instalo este último rapel y espero a Diego que baje a mí. Pasan unos cinco minutos, pero se me hacen eternos. Me estaba cayendo la poca agua que tenía la cascada y a esto sumándole el fuerte viento me quedaba helado.
Por fin baja Diego y me voy. Llego al suelo sin problemas, pero allí el viento parecía que aun soplaba mas fuerte. Y uno tras otro van bajando, Diego, Loli y Jose, y todos con muchísimos frío en las extremidades.
Recogemos bártulos y sin quitarnos el neopreno nos adentramos en el bosque en busca de la senda de retorno.
Menuda odisea hasta encontrar la senda. Por fin llegamos a ella y media hora mas tarde y ya de noche llegamos al coche.
No está nada mal después de todo ocurrido en la jornada. Unas nueve horas y media de actividad.
¡¡¡Nos vamos al bar que ya está bien ya.!!!
Domingo 20, ruta gastronómica.
La idea es ir a descender los Estrechos de la Carruaca en el valle cercano de Nocito.
Es un bello estrecho, con el agua muy fría, muy acuático, saltos, toboganes y con un único rapel no obligado. El acceso son unos veinte minutos y el retorno inmediato.
Salimos de Nueno en busca del valle de Nocito. Pasamos por Arguis y paramos en un bar para que Jose comprara tabaco, y a que mala hora paramos.......
Subimos el puerto de Monrepós pero por la antigua carretera y cruzamos los tuneles de la autovia por encima. Empezamos a descender al fondo del valle. Vemos las primeras nieves y conforme vamos bajando todo blanco de escarcha. Llegamos al parking, bajamos de la furgo todos menos Loli, que dentro se está mejor que en la calle. Vemos el último resalte del barranco, que aunque lleva mucha agua no parece para nada peligroso. Pero se nos quitan las ganas de meternos, umbría, escarcha, frío, mucha agua y Jose dice: "en el bar del tabaco he visto un plato combinado con huevo, chorizo y patatas que no veas como tiene que estar". Diego y yo nos miramos salivando de pensar en el plato. Jose quería entrar al barranco. Le invitamos a que entrara mientras nosotros lo esperábamos en la furgo calentitos.
Finalmente le pudo el huevo con patatas. Así que para el bar de Arguis que fuimos a almorzar plato combinado. Nos lo tomamos con calma, pero con mucha....
Trastos y para Valencia, eso sí, sin antes parar en Teruel a degustar las ricas viandas de la comarca.....
Gran viaje en el que tuvimos de todo, risas, nervios, frío, hambre, empacho, etc, etc
Redacción: Andrés.