Primer día, barranco de Biniaraix.
El barranco de Biniaraix es un lugar mágico, salido de una película de fábula. Como el camino de baldosas amarillas de la película El mago de Oz, un pasillo de piedras arregladas y montadas entre sí discurre entre la sierra Tramontana durante kilómetros interminables de una subida dura, no, lo siguiente. Rodeados de preciosas vistas, vamos dejando el pueblo del que empezamos la ruta cada vez más abajo.
Olivos centenarios y bancales milenarios tan bien cuidados que parece que fuese ayer cuando los hicieron. Algo espectacular y difícil de olvidar.
Durante el camino de aproximación nos acompañó la lluvia, aunque muy débil, y poco a poco fuimos entrando en calor y perdiendo el aliento Vicent (Pimpollo) y yo, y con zancada larga y fuerte, Salva fue sacándonos cada vez más ventaja. Ya en el punto de entrada al barranco, Salva esperaba acurrucado y congelado como un pollo en el supermercado. En este punto soplaba un viento frío y muy húmedo, que sumó a la suave lluvia una espesa niebla. Almorzamos refugiándonos entre matorrales y seguidamente nos pusimos los neoprenos, con el aire azotándonos y un frió que pelaba.
Una curva nos separaba, de un clima tranquilo, a un clima de frío tremendo y viento tormentoso.
Vestidos y equipados avanzamos por el barranco, superando unos destrepes hasta el primer rapel.
Equipados todos con una cuerda de 20 metros, cada uno de nosotros, fuimos instalando por turnos y avanzamos rápido y muy entretenidos. A pesar de que el tiempo empeoró y por momentos caía aguanieve, seguimos avanzando sin muchas dificultades.
Un detalle a medio barranco nos preocupaba: en una topo, el último rapel aparecía con una altura de 30 metros, mientras que en la mayoría aparecía con una altura de 20 metros, y solo llevábamos cuerdas de 27 a 22 metros. Cuando planificamos el viaje no vimos la topo donde se indicaba la altura de 30m. Vicent ya estaba pensando cómo solucionarlo. En algún momento nos lo explicó, pero Salva y yo (Sevi) nos quedamos mirándolo como ni nos hablara en chino… no nos enteramos de nada, jajajaja, y nos entró un poco de cosquilleo nervioso.
Bueno, cuando ya llegamos al final, Vicente nos dio a cada una tarea y nos la explicó en detalle. Decidió que montaríamos un sistema recuperable con un “pato”. Para poder llegar abajo montó un desembragable y usando un “shunt” empalmó dos cuerdas de 20m. en un sistema recuperable, el último en bajar ayudado desde abajo por los otros dos, desembragarían en caso necesario y una vez finalizado el descenso, tensando la cuerda de recuperar, ésta unida al “shunt” lo desbloquearía y soltando las cuerdas unidas, se recuperaríamos las curdas y el propio shunt (o algo así… … jajajajaja, para obtener una información fiable preguntad a Pimpollo). Como leéis, un sistema un poco complicado, pero lo “bueno”, es que después de bajar Salva y yo, Pimpollo vio que no había uno, sino DOS FRACTCIONAMIENTOS¡¡¡¡ de 10 metros cada uno, y solo Vicent los vio… para matarnos.
Después del periplo, por fin abajo, a por la foto final y retorno por la misma senda empedrada, 30 minutos de paseo y a por un picoteo en el puerto.
A las 6 a por nuestra compañera Estela al aeropuerto.
Redacción: Sevi
Segundo día, Gorg Blau – Sa fosca.
El divendres, com que ja estàvem els quatre (Sevi, Estela Pimpollo i jo) vàrem anar a fer el Gorg Blau-Sa Fosca, ja que estava més clar que l’aigua, que el dissabte estaria ple de gom a gom. Ens unirem a altres dos grups que volien fer el descens i ben matinet ens posarem en marxa.
No vaig a descriure lo xulo que és el barranc, això ho podeu trobar en totes les pàgines web que hi fan referència. Solament dir que el paisatge et deixa bocabadat i durant tot el descens (fins a Sa Fosca) estiguérem acompanyats d’un paisatge sonor, que allò pareixia la selva, a més és molt fàcil vore tota classe d’amfibis i altres animals (més endavant torne al tema dels altres animals).
La part de Gorg Blau, té uns quants ràpels fàcils (tots de menys de vint metres) i uns quants gorgs d’aigües blau safir (es dirà gorg blau per això?), jo m’ho vaig passar bomba, tirant-me de totes les pedres, tirant aigua a Sevi i a Estela... hehehehehe.
En aplegar on comença Sa Fosca, ens va caure del cel un bidó estanc que li va pegar de refiló a un dels que ens acompanyaven. Era d’un grupet d’estrangers un poc animals, amb molt poca consideració pels demés, que ni es disculparen ni preguntaren si havien ferit algú, i a partir d’ací estigueren aixafant-nos els talons amb males maneres. En fi, lamentable.
Malgrat el desagradable incident, continuarem emocionats internant-nos, en la cada vegada més fosca, gola del llop.
Sa fosca, té molts ràpels, però tots facilets i divertits. Va ser molt excitant i emocionant com una cova aquàtica. Llàstima que hi havia troncs i branques i Pimpollo amb molt de seny ens va advertir que res de botar... Com sempre Pimpollo un deu, tenint cura de que no ferem el cabra.
Un grup que ens acompanyà fins el final de l’activitat, que eren espeleòlegs andalusos, resultaren ser uns tios molt majos i divertits; allò va fer encara millor l’experiència, i en un tres i no res estàvem fora, un poc cansats (de 5 a 6 hores d’activitat) i un poc famolencs.
Ens canviarem de roba i iniciarem la tornada, tardarem tres hores en aplegar al cotxe. Aplegarem totalment de nit, la qual cosa ens permetré admirar un cel sense contaminació ple d’estreles. Per altra part ens deixà baldats, vinga a pujar muntanya, i més, i un altra, redeu es que no s’acabaven... En algun moment més d’un pensarem: «jo me gite ací a dormir i demà ja vorem...» però ho aconseguirem (i sense cridar a l’helicòpter).
Una anècdota graciosa fou que quan quasi estàvem aplegant al cotxe, algú es va portar un ensurt de de campionat, quan enfocà el frontal a un ramat de borregues i veié tota la muntanya pleneta d’ulls vers fosfi mirat-se’l... hehehehehe
Redacción: Salva
Tercer día, barranco de Mortix.
Los integrantes del club Tracalet, Salva, Pimpollo, Sevi y Estela se disponen un día más a disfrutar de los barrancos de Mallorca! Hoy toca Mortix.
Después de desayunar y coger fuerzas nos ponemos en camino.
Aparcamos y nos ponemos en marcha, nos queda hora y media de aproximación. Durante la aproximación, nos pasamos el camino, venga buscar montoncitos de piedras (manolitos para los amigos), ya que el camino no está muy visible. Hay que guiarse por las sendas pisoteadas, por los nudos hechos en los propios matorrales y claro, por los manolitos. Por fin llegamos a cabecera.
Mortix es un barranco divertidísimo, lleno de saltos y toboganes con pocos rapeles y unas vistas preciosas. El barranco acaba en el mar, el curso de agua turquesa se precipita al Mediterráneo azul intenso en una cascadita de cuento.
Una vez acabado el barranco, empieza la aventura! En el retorno tenemos que adentrarnos en una vía ferrata, para escalar la montaña y volver al coche. La vía se llama TE VEO SUELTO! no sé si llamarla vía ferrata o cable pelado anclado a roca!!
Descansamos a comer algo para tomar fuerzas y quitarnos los neoprenos y continuamos el retorno. Cuando llevábamos más de hora y media andando, nos quedamos sin agua y nuestro compañero Sevi, que estaba muy preocupado, decidió llenar las botellas vacías de una surgencia de agua, dijimos - ¿nos deshidratamos o pillamos diarrea?, jajaja, habrá que arriesgarse!. El agua estaba buenísima y no produjo dolencias, aunque Salva no se fiaba, y pasó más sed que en el Sáhara!!.
A punto de llegar al coche, exhaustos, se puso a llover, nada que no nos permitiese seguir avanzando. Y como es costumbre en nuestro club, por lo bien que lo habíamos hecho, !!!de premio cervecitas y picoteo!!!
Redacción: Estela
Cuarto día, visita a la ciudad de Palma de Mallorca.
Sin demasiada prisa, nos levantamos, y el que llegó a tiempo, pudo desayunar.
Sacamos a secar un poco nuestros enseres, para no intentar pasarnos en el peso de nuestros equipajes. Fuimos recogiendo y montando nuestras maletas y colocándolas en el coche. Nos despedimos del equipo de organización y demás compañeros de la actividad y emprendimos la marcha a Palma.
Ya en Palma, nos dedicamos a ir visitando tranquilamente los monumentos más representativos del centro histórico de la ciudad.
Entre unas y otras y alguna cerveza en la terraza de un bar se nos hizo hora de comer.
Comimos tranquilamente en un restaurante y terminamos la comida con un licor de hierbas mezcladas típicas de la isla.
Ya por la tarde nos fuimos al aeropuerto para volvernos a Valencia y dar por terminada la actividad.
Redacción: Pimpollo
0 comentarios:
Publicar un comentario