Para el Domingo 4 de marzo Iván propone realizar L´Avenc Simba, en Argelita. Se trata de una
diaclasa de 124 m. de profundidad. Quedamos a las 8:30 en Vinalesa: Iván, Iris, Ana, Salva,
Sonia, Roberto y yo (Mª José). Es mi primera salida con el club y estoy bastante nerviosa
pensando en cómo será la actividad, si llegaré al nivel físico que requiere, como serán mis
nuevos compañeros… etc. Pero el viaje de ida en el coche hacia Argelita, la conversación y las
confidencias, hicieron que me relajara por completo.
Después de una aproximación muy cómoda, de unos 15 minutos, llegamos a la boca de la
sima, una apertura enorme de unos 5 m de longitud. Por peligro a desprendimiento de
piedras, la reseña recomienda entrar por otra boca desobstruida de unos 50 cm. que
encuentra Salva, ya que está tapada por mucha maleza. Eran ya las 12:30 h. aproximadamente.
Iván comienza la instalación, un pequeño pasamanos para acceder a la sima y un primer pozo
fraccionado de 35 metros. Pronto el grupo se divide en dos, por este orden: Iván, Roberto
(barranquero, del que afirman las malas lenguas que se está pasando al lado oscuro) y Ana, el
grupo de avanzadilla, instalando la cueva y Salva, yo, Iris y Sonia cerrado el grupo.
Llegamos a una rampa de 35° de inclinación en la cual tomamos distancia entre nosotros, ya
que es una especie de pedrera que al mínimo roce con las sacas o pies se producen
desprendimientos.
Una vez pasada la rampa llegamos a un hiper pasamanos, al principio tan cómodo como ir
caminando sobre una repisa para después complicarse y tener que avanzar en oposición con
manos y pies sobre las paredes.
Por fin alcanzamos al grupo avanzadilla. Iván seguido de Roberto habían descendido el primer
pozo de 21 metros que se encuentra a mitad de recorrido del pasamanos, Ana estaba a punto
de comenzar a bajar cuando se da cuenta que esa instalación está realizada con cinta plana
sujetada por un puente roca y ¡entra en pánico! No confía que esa piedra pueda soportar su
peso, amenaza a Iván con matarlo y creo que no puedo escribir todo lo que dijo en ese
momento. Salva se acercó hasta su posición para ayudarla, se tranquilizó y continuó el
descenso.
El segundo grupo no descendimos ese pozo de 21 metros ya que nuestros compañeros nos
advirtieron que después venía otro pozo de 10 metros que comenzaba a estrecharse, las
instalaciones eran algo precarias y el descenso muy incómodo, por lo que decidimos continuar
el pasamanos hasta llegar al final y una vez allí darnos la vuelta y comenzar el ascenso.
No pudimos llegar al pasamanos llamado “del abuelo”, ya que solo habían dos bucles más
instalados en fijo que daban acceso a otro pozo, sin repisa para poder esperar los 4
cómodamente, por lo que decidimos comenzar el retorno, eran las 16:30 h.
Subimos bajo las indicaciones de Salva. Sonia fue la primera en salir. Cuando llegamos a la boca
de la cueva, Iris protagonizó el momento parto, ya que en ese punto se estrechan bastante las
paredes a medida que ascienden, hay que sacar primero los brazos, la cabeza y después
arrastrarse hasta por fin salir de la estrechez (momento muy divertido que tuve que imitar,
muy a mi pesar, a continuación). Salva esperó a los compañeros, sacamos las sacas al exterior
con ayuda de una cuerda para hacerles un poquito más cómoda la salida. Cuando salieron Ana,
Roberto e Iván, después de currarse toda la instalación y desinstalación de la cueva, eran las
20:30 h. aproximadamente, recogimos y a casita. Una actividad llena de risas y anécdotas.
Redacción y fotos: Mª Jose
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