sábado, 30 de junio de 2018

Barrancos de la Tejería y de Linares


Los integrantes de la actividad fuimos Andrés, Loli y yo (Roberto). A las nueve salimos de Valencia a la búsqueda de nuestro primer objetivo, el barranco de la Tejería.

Para llegar hay que coger la carretera en dirección a la embotelladora de Cortes de Arenoso y luego desviarse a la izquierda por una pista en buenas condiciones. Después de un tramo largo por pista se aparca cerca de un cartel que indica que es una propiedad privada y que está prohibido continuar. Desde aquí hay que seguir por la pista y en unos 15 minutos llegamos al cauce del barranco.

El cauce al principio es abierto y sin ningún interés así que lo suyo es avanzar un poco hasta encontrar que se cierra, antes de ponerse el neopreno. Las abundantes lluvias de pocos días antes nos hicieron pensar que podríamos encontrar un poco más de caudal del habitual, de eso nada, el caudal era escaso, aunque el agua iba marrón. El barranco cuenta con cinco rápeles el más alto de 35 metros. El barranco es bonito, pero al estar los rápeles muy juntos, se hace muy corto, así que terminamos enseguida.

El retorno es por una canal a la izquierda orográfica. Luego el camino no está muy marcado y es un poco confuso, pero con la ayuda del GPS en unos 40 min llegamos al coche. De coche a coche nos costó 2 horas.

Como el barranco de la Tejería es corto y está a una distancia considerable de Valencia, teníamos que aprovechar el viaje haciendo otro barranco cercano, así que después de una paradita a comer algo en uno de los pocos bares de la zona, fuimos en búsqueda del barranco de Linares. 

La última vez que vinieron Andrés y Loli al barranco de Linares no lo pudieron descender porque estaban soltando agua desde la canal y estaba imposible, en esta ocasión el agua no corría en absoluto, aunque en el tramo antes de llegar al rápel de 40, aún quedaba alguna poza con agua.



Todo este tramo lo evitamos por el lado izquierdo, para evitar las pozas, ya que el agua se veía muy sucia. Aún así llevábamos los trajes de neopreno en las mochilas, por si acaso. Había un pasamanos con cuerda fija, con el que llegamos al rápel de 40, que fue el único que hicimos.



Cuando estuvimos todos abajo, continuamos por un caos de bloques, con algo de vegetación y en poco tiempo llegamos al cauce del río Millares.



Una vez en el Millares, fue solo cuestión de buscar el camino por su margen derecha, hasta encontrar el parking donde teníamos el coche, donde dimos por finalizado nuestro día barranquista. 




Fotografías: Andrés (se nos olvidó la cámara y por eso no hay fotos de la Tejería)


Redacción: Roberto



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