El barranco de Cucales, también llamado Cantacuc o Benialfaquí, (https://es.wikiloc.com/rutas-descenso-de-barrancos/barranco-de-cantacuc-cucales-o-benialfaqui-planes-11184569) está ubicado en el término municipal de Catamarruc, en Alicante. Tras el madrugón de rigor, aprovechando la festividad del 24 de junio hacia allí nos dirigimos Sonia, Alfonso y yo, el pequeño comando tracaletero que hoy disfrutaremos de su descenso.
Aunque podría realizarse combinación de coches para acortar un poco la aproximación, de unos 40-45 minutos sin combinación, solo disponemos de un coche por lo que empezamos a ascender por la pista que nos lleva casi hasta el collado donde habríamos dejado el segundo coche, estamos en pleno junio y el calor empieza a apretar muchísimo, por lo que pasamos un mal rato hasta que por fin, tras coger una senda poco marcada que sale a la derecha y que desciende tras un rato de llaneo, llegamos al cauce donde aprovechamos para reponer líquidos y comer algo antes de empezar el barranco.
El barranco normalmente es seco, aunque lleva agua ocasionalmente con las lluvias, y vemos que hasta hace poco así ha sido, ya que aún corre un pequeño hilo, por lo que comprobamos que perdura agua estancada en la primera poza, una húmeda sorpresilla ya que no llevamos neopreno y no sabemos cuánta agua nos vamos a encontrar a lo largo del cauce…
Sin embargo los ánimos están por todo lo alto y tras una breve charla decidimos entrar, es en este punto cuando Alfonso nos deleita con su look veraniego barranquero de temporada que le acompañará hasta el coche, mientras que nosotros tiraremos con lo puesto.
Nos encontramos de inmediato el primer rapel, de unos 7 metros según las reseñas, desde un cordino en un pino, lo acortamos descendiendo hacia nuestra derecha y así evitando caer dentro de la primera poza. ¡Empezamos bien! El primero y no nos hemos mojado aún…. de inmediato aparece el segundo, de 11 metros, nos asomamos y comprobamos que esta vez no hay escape….la poza está llena de agua y, además… parece que cubre. Lo instala Sonia y echándole valor me tiro para abajo, el agua no está muy estancada y haciendo un poco de malabares conseguimos no mojarnos demasiado.
Comprobamos con alivio que la poza de recepción del tercer rapel, de 10 metros que encontramos inmediatamente después, está seca, eso sí podemos ver las marcas del agua en sus paredes que se elevan más de dos metros, al verlas coincidimos en que este barranco con agua tiene que ser una pasada y decidimos que tenemos que volver cuando lleve agua.
Los dos siguientes rápeles, de 5 y 6 metros, no presentarían grandes dificultades, pero es importante decir que la instalación del quinto rápel, que aparece en algunas reseñas como de 6 metros, está quitada y, si bien el rápel es destrepable con un poco de cuidado, nosotros decidimos montarlo en un tronco que encontramos a la derecha orográfica para evitarnos riesgos innecesarios.
Tras andar por el cauce durante unos 400 metros, llegamos al sexto rápel, de 6 metros y…¡sorpresa!. Su instalación, en la derecha orográfica del barranco, nos depositaría directamente en una poza que tiene un color rojizo entre poco y nada atractivo y que encima tiene pinta de cubrir…esta vez no hay voluntarios para “probarla”, hay que buscar una solución si no nos queremos pringar… y la solución, poco ortodoxa la verdad pero efectiva, acaba siendo un “árbol-desviador” que encontramos a nuestra izquierda y que nos permite descender a la izquierda de la poza, donde solo nos mojamos apenas los tobillos. ¡Problema solucionado! Si es que a veces la naturaleza te ofrece todo lo que necesitas, solo hay que saber mirar…
Tras una bonita caminata entre grandes bloques de piedra, llegamos a los dos rápeles siguientes, de 6 y 3 metros, ambos podrían destreparse, aunque en el caso del primero la cuerda nos ayuda a evitar otro charco de mal aspecto mientras que, en el octavo, ya no hay árbol desviador ni cuerda que nos evite mojarnos, en esta ocasión el voluntario es Alfonso que se curra un guiado aprovechando un tronco estratégicamente colocado al final de la poza y que evita que los que no vamos tan veraniegos como él nos mojemos…
El noveno rápel, de 23 metros, es el más largo y sin duda el más espectacular de todo el barranco, un tubo que desemboca en una impresionante sala cuyas paredes ha cincelado el agua a lo largo del tiempo, realmente merece la pena descender el barranco aunque sólo sea para llegar a este rincón, motivo por el cual nos quedamos un rato disfrutando del paisaje de roca que nos rodea. No es para menos, ya que para muchos se trata del rápel más bonito que podemos encontrar en la provincia de Alicante.
El barranco continúa por pasillos llenos de maleza (en algunos tramos nos tenemos que pelear literalmente con ella para avanzar), caos de bloques y pequeñas pozas ya secas prácticamente en su totalidad que, tras unos 20-25 minutos y 3 pequeños rápeles más, nos dejan fuera del barranco, desde donde alcanzamos el coche en poco tiempo y nos vamos a tomar unas merecidas cervezas, que el calor aprieta, y ya que es la hora de comer pues las acompañaremos de buenos y diversos manjares de la zona….
En resumen un bonito barranco que nos ha sorprendido a quienes no lo conocíamos aún, donde nos hemos divertido mucho sin grandes dificultades y donde hemos podido disfrutar una vez más de una fantástica compañía.
Redacción: Chema
Fotos: Chema y Alfonso
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