domingo, 21 de junio de 2020

Barrancos de Parretes y Salt del Cavall

Alfonso propuso hacer los barrancos de Parretes y Salt del Cavall situados en Lucena del Cid. La propuesta tuvo mucho éxito ya que para la mayoría era su primera salida barranquera después del dichoso confinamiento. Así pues, el domingo 21 de Junio nos dispusimos a hacer la actividad el mismo Alfonso, Aroa, Carlos, Mar, Aurora, Chema, Sonia, una pareja amiga de Sonia y un servidor.
Arrancamos la jornada dirigiéndonos con los coches a Lucena donde tras una breve parada en el supermercado continuamos hacia el primer barranco del día, Parretes.
            
Llegamos al parking del barranco y aunque el cauce es evidente tuvimos problemas para encontrar la senda de entrada ya que no vimos los primeros hitos al estar cubiertas de vegetación. Entrar al barranco tuvo su dificultad porque es una bajada con bastante pendiente y con mucha vegetación aunque es una aproximación cortita de 15 minutos aproximadamente. Una vez dentro nos pusimos delante los que teníamos cuerda para ir montando las instalaciones y reducir las esperas lo máximo posible. Este barranco está muy bien instalado con parabolts y cadena, creo que un exceso ya que la mayoría de los desniveles son destrepables muy fácilmente y no es necesario colocar la cuerda. Cabe destacar dos rápeles uno de 30 metros y otro de 23 que son muy bonitos, aunque todos comentamos que con agua mejorarían muchísimo. 


Este día hacía tantísimo calor que la gente tenía ganas de salir del barranco y muchos de ellos se saltaron el último rápel que se podía esquivar para coger el escape de salida. Aunque otros decidieron bajarlo para luego salir por una mini via ferrata que iba a dar a la “senda” de salida. La salida fue mortal, con tanto calor, una gran pendiente y el suelo pedregoso con poco agarre, se nos hizo interminable. Creo que de lo mejor fueron esos dos rápeles y que durante un rato nos sobrevolaron dos buitres que nos hicieron el rato más entretenido, sobre todo a Aroa que estaba emocionada de verlos. 
Tras el sofocón de la salida de Parretes bajamos al pueblo para refrescarnos un poco y comer alguna ración para recobrar fuerzas y continuar la segunda parte de la jornada, barranco del Salt del Cavall. 


Comenzamos bastante tarde porque nos entretuvimos en exceso en el bar, como casi siempre, jeje. Dejamos los coches en la font de l´esqueix y comenzamos la corta aproximación de unos 15 minutos. Este barranco es muy diferente al anterior, muy disfrutón, mucho más bonito, mucha agua, pozas profundas y dos preciosas cascadas. Una vez enfundados nuestros neoprenos comenzamos a andar por el cauce acuático y muy resbaladizo buscando un rapel de 8 metros que en alguna reseña habíamos visto. Nos lo debimos de dejar atrás ya que aparecimos en el rapel de 35 metros. Tiene dos instalaciones a derecha e izquierda y se decidió bajar por la de la izquierda. Según bajamos existía la posibilidad de dejar la cuerda para dar un salto de unos 4 metros a una poza muy, muy profunda, la mayoría nos decidimos por esta opción. 



Después del secarral del anterior barranco teníamos muchas más ganas de disfrutar este. En esta poza nos entretuvimos bastante con los saltos y los chapuzones. Alfonso me comentó que había un salto de 9 metros, miré hacia arriba y dije ¿porqué no? Pues para arriba me fuí y me siguió Aroa. Cuando llegué arriba y miré… ¡madre mía!, ¿quien me mandaría subir aquí! Jajajaja. Daba mucha impresión, está muy, muy alto. Aroa me mira y dice: “pues yo voy a saltar”. Por un momento la intenté convencer que no saltara que era peligroso, jajaja, pero no sirvió de nada. Saltó. Ahora me tocaba a mí, unos minutos de pensármelo, algo de acojone, pero Aroa había saltado y no me iba a echar para atrás, jajajaja. Salté. Lo mejor del día. 


 Después del subidón del salto continuamos avanzando, y tras de pasar por otra poza con el agua extrañamente mucho más fría que el resto, llegamos al segundo y último rapel. Mar montó un pasamanos recuperable en la derecha hasta llegar a la cabecera del rapel de unos 15 metros que termina en una gran poza nadable rodeado de grandes paredes. 
Fue un gran final de barranco y a todos se nos hizo muy cortito y con ganas de más. Después de un retorno de 30 minutos llegamos a los coches y entre cambiarnos y recoger salimos de allí cuando estaba oscureciendo. 
Fue una jornada larga, que no empezó demasiado bien debido al calor y que nos hizo en el barranco de parretes, pero que acabó siendo divertido por lo refrescante de los baños y los saltos del barranco del salt del cavall.

Redacción: Ángel
Fotos: Mar y Alfonso

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