Salva propuso ir a visitar la cueva de los chorros, se pidieron los permisos pertinentes con la intención de acudir dos grupos en un mismo fin de semana así cómo los permisos para poder complementar la actividad con el barranco de los marines.
Lamentablemente, de todos los permisos solo nos concedieron la entrada a la cueva para 1 grupo, el Domingo a las 11 por lo que el segundo grupo tendría que esperar un poco.
Pese a tener la entrada el Domingo, decidimos salir Sábado para hacer noche allí y levantarnos con más calma ya que queríamos entrar lo antes posible para que no se hiciese demasiado tarde para volver a Valencia, así que salimos pronto en dos coches: el primero compuesto por Salva, Alfonso y yo; en el segundo Estela y José.
Para aprovechar el día hicimos una pequeña ruta de senderismo en busca del antiguo aserradero del río Tus.
A la tarde, ya en Riópar, se nos unirían Sonia y Chema. Poco a poco el grupo del Domingo se iba completando a falta solo de Aroa que dormiría en el parking.
Dormimos en la Venta El Laminador y bajamos a desayunar a las 9, desayuno contundente ya que para poder estar fuera de las cuevas a las 17:30 decidimos que solo pararemos a reponer fuerzas con frutas o barritas. A las 9:50 nos reunimos con Aroa en el parking de arriba y nos dirigimos al parking de abajo dónde nos preparamos para iniciar la aproximación.
10:30 y empezamos la subida, todo iba según lo planeado; solo Estela llevaba el neopreno, los demás decidimos que íbamos a tener mucho calor en la subida pese al frío que hacía en el parking. Aproximación que no llega a 1 hora, con pendientes muy marcadas que nos dejan en la boca de la cueva con unas vistas impresionantes.
Nos vestimos y vamos para dentro. A los pocos metros a nuestra derecha vemos un pasamanos que nos ayudará a subir. Tras avanzar un poco vemos un rápel a la derecha, no sabemos si debemos cogerlo o no. Resulta que es el rápel para salir de la cueva así que, seguimos recto.
Pasamanos, destrepes, trepadas y algún rapel nos ayudan a progresar por la cueva, con partes muy diferenciadas, algunas más espectaculares que otras pero todas muy bonitas. Mi preferida es sin duda el río blanco.
Llegamos al final de la sección 1, dónde se encuentra el sifón que une con la sección 2. Momento barrita, chapuzón y vuelta por dónde habíamos llegado.
O eso pensábamos ya que nos perdimos un poco. Finalmente tras descartar caminos y concluir que nos encontrábamos en un bucle, volvimos al recorrido “bueno” que nos llevó hasta la salida. Y entrecomillo ya que ese bucle nos llevó a ver unas formaciones muy bonitas que no habríamos perdido de no equivocarnos.
Habíamos visto la parte acuática de la sección 1 de las cuevas al completo y estábamos en los coches a la hora marcada, 17:30, quizá 10 o 15 minutos más tarde.
Actividad de 10 que todos disfrutamos. Especial agradecimiento a Salva por organizarlo todo, desde permisos hasta alojamiento incluido el hacer de guía.
Redacción: Alberto
Fotos: Aroa y Alfonso
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