Este año nada nos lo esta poniendo fácil y hasta las lluvias se han retrasado. Hace una semana los modelos meteorológicos permitían ver un temporal de Levante que dejaría abundante precipitación en el norte de Valencia y Castellón. Ante esta situación se programo actividad de barranquismo para el domingo en que las lluvias se retiraban. Al final no llovió lo esperado ni exactamente donde se esperaba por lo que se cambio el plan inicial de ir al Barranco del Manzano a realizar el barranco Centenario.
Esta vez nos juntamos Dolz, Angel, Quico, Sevi, Javi, Raimon y yo y esperamos en el punto de Reunión a José que finalmente no vino ya que le "fallo" el despertador.
Una vez en el parking inferior del Barranco dejamos la mitad de los vehículos y fuimos hacia el parking de cabecera donde nos cambiamos para realizar el barranco. Desde este parking la aproximación es muy corta y toda cuesta abajo.
Al entrar en el cauce apreciamos la frialdad del agua que medida era de 9ºC. Comenzamos con los primeros, destrepes y rapeles de escasa entidad.
Nos sorprendieron algunas instalaciones que en algunos puntos eran demasiadas y en otros ausentes en zonas resbaladizas que aumentaban la exposición para acercarse a cabecera.
Al quinto rapel se accede con un pasamanos equipado en fijo y es saltable como comprobaron Raimon que lo salto todo y Quico que salto la mitad desde una repisa intermedia.
Los demás optamos por repelar los 12 metros tras lo cual venia una larga poza en que había que nadar y apreciar en toda su intensidad lo fría que estaba el agua.
Alguno del grupo consiguió ver un corzo sorprendido por que nos metiéramos en ese agua fría.
Casi sin darnos cuenta estábamos al final del barranco en el ultimo rapel fraccionado aquí si que se noto el frio a la sombra mientras esperábamos para descender el rapel final.
A pesar de ello todos buscamos bajar por el agua en este ultimo rapel.
En poco mas de dos horas estábamos cambiándonos en los coches y mientras algunos intentábamos decidir si el segundo barranco del día seria el Manzano sin agua fluyendo o el Salt del Cavall el resto de la tripulación se "amotino" y la alternativa de ir a comer se impuso a la de volver a ponerse el neopreno mojado.
Acabamos en Montan, en La Piscina donde una vez mas nos trataron estupendamente. Aunque hay que conseguir que dejen de conocernos como "los andarines" y nos conozcan como Tracaleteros
Redacción: Alfonso
Fotos: Dolz (Las buenas) y Alfonso (Las malas)
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