sábado, 10 de julio de 2021

Barranquismo en el Valle de Pineta

Garganta de Lalarri


El pasado 10 de Julio nos dispusimos Carlos, Marc, Alfonso, Chema, Jordi, Mario, Salva, Marilena y yo a realizar este famoso barranco.
Había oído hablar mucho de él, que si era muy deportivo, que si era muy alpino, una joyita de los pirineos…y esa mañana no podía creerme que al final lo iba a hacer, que podría comprobar in situ si todo lo que se decía de él era cierto.
Situado en el Valle de Pineta, en los límites del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido podremos observar desde determinados puntos el glaciar de Monte Perdido o las Cascadas del Cinca.
Nos alojamos en el refugio de Pineta, madrugamos mucho y nos ponemos en marcha ya que sabemos que la aproximación es larga y dura, y más con las sacas a cuestas, ya sabéis.
La subida, al principio, no es muy dura, ya que vas ascendiendo por una preciosa senda que atraviesa un bosque de hayas; continuamos así pateando cuesta arriba y seguimos hasta la única tregua que parece que nos va a dar el camino, los llanos de La Larri, con sus preciosos prados llenos de flores alpinas (fundamentalmente lirios azules), algunas vacas remolonas y los silbidos de las marmotas que parecen darnos los buenos días.
Estos maravillosos prados nos conducen al segundo y más duro tramo de aproximación.
Prueba superada. En poco más de tres horas llegamos a la cabecera del barranco y el paisaje me compensa con creces el esfuerzo de la subida; el entorno es muy salvaje y solitario, de enorme belleza, los colores son vivos y se respira una serenidad contagiosa.
Hacemos un pequeño descanso y aprovechamos para almorzar algo y equiparnos.
¡ Comenzamos ¡ Nos esperan 5 horas de actividad y adrenalina; 15 rápeles espectaculares, el más largo de 55 metros.
Las aguas eran cristalinas y frías; un barranco de alta montaña en toda regla, de carácter abierto en algunos tramos pero con rápeles muy canalizados y que van por el agua, encontrando en algunas recepciones movimientos de agua.
Comentamos y acordamos que el rápel que más nos entusiasmó fue uno en el cual a mitad del mismo la roca se comienza a cubrir de una capa de musgo verde y todo lo que te rodea comienza a brillar gracias a los rayos que penetran de sol y que da lugar a que puedas visualizar al final del rápel un maravilloso arco iris con el cual abandonas la cortina de agua que te acompaña….un momento mágico, sin duda alguna.
Ahí vemos a Alfonso en el último rápel; ahora es momento de volver por donde hemos venido…satisfechos con la actividad realizada, emocionados y por qué no decirlo, cansados, pensando en las cervezas y el cenorrio que nos vamos a pegar y en que al fin, lo hemos hecho, lo tenemos, hemos descendido el famoso La Larri.


Redacción: Marta
Fotos: Mario, Marc, Carlos y Alfonso

Barranco de Fuenblanca


Tras la dosis de adrenalina del sábado con el barranco de La Larri, el domingo nos fuimos hacia otro de los barrancos de la zona: el Fuenblanca, que desemboca en el río Cinca, y del que habíamos leído que destacaba su belleza y, también, su dura aproximación y un descenso de 2 horas y media aproximadamente que lo hace ideal como actividad antes del retorno a casa. En esta ocasión el grupo está compuesto, en orden alfabético, por Alfonso, Carlos, Jordi, Jose Dolz, Marc, Marilena, Mario, Salva y yo mismo. La aproximación, efectivamente, es tal y como habíamos leído en las reseñas: una hora de aproximación por el bosque que queda a la izquierda del margen orográfico del barranco por pendientes que nos obligan a cogernos de los árboles o a lo que se pueda para progresar en algunos tramos. 
Es bastante conveniente llevar track para la aproximación, ya que la senda no está marcada en muchos tramos y es muy fácil perderse, de hecho teníamos la referencia de un grupo que no encontró la cabecera en días anteriores; sin embargo, gracias a un buen trabajo en equipo y mucha concentración, conseguimos llegar sin apenas dar vueltas a la cabecera, notando en las piernas el cansancio del día anterior, pero qué leches, nuestras ganas superan por mucho al cansancio acumulado. 

Enseguida nos encontramos con una de las muchas recompensas que nos va a ofrecer este barranco: un precioso circo de roca donde está la surgencia del barranco queda inmediatamente por encima de nuestras cabezas, y enfrente disfrutamos de una vista desde las alturas del valle de Pineta, al que descenderemos. El barranco no lleva un caudal de agua elevado en esta ocasión, pero sí el suficiente para que podamos disfrutar de sus cascadas. 
Después de cambiarnos y de reponer fuerzas, nos ponemos manos a la obra: el primer rapel, marcado de 35 metros en las reseñas y que queda inmediatamente por debajo de nosotros, nos llama la atención ya que su instalación es un poco precaria, a diferencia del resto de rápeles del barranco. Hay que prever antiroce para realizar este rapel, ya que hay un roce muy fuerte de cuerda que no es evitable; Mario nos deleita con otra nueva maniobra y monta un desviador humano a su propio cuerpo que empleamos todos para descender el rápel. Continuamos por una serie de destrepes sencillos; destaca el carácter abierto en todo momento del barranco, y su morfología arrampada, con una preciosa combinación de colores y un precioso descenso del agua, calificada por Alfonso como “la fiesta de la espuma”. 
La parte más bonita del barranco viene en la sucesión de rápeles que prosigue, el segundo de 35 metros es una preciosa cascada en la que nos metemos en el descenso, seguido de varios rápeles arrampados que nos ofrecen una estampa preciosa del descenso.
Finalmente, y como colofón, dos rápeles seguidos de 14 y 32 metros, con un fraccionamiento para el rápel de 32 metros que, si bien no ofrece grandes dificultades, nos hace ponernos las pilas de nuevo.
 Conviene evitar la poza que encontramos al descender el rápel de 14 metros por su derecha. También se requiere un antiroce para el rápel de 32 metros. Tras el descenso, el corto retorno de 10 metros hasta el coche y el largo retorno a casa, no sin antes pegarnos el correspondiente atracón con una sonrisa de oreja a oreja por el fantástico fin de semana que hemos disfrutado de barranquismo en Pineta con un fantástico grupo y donde todo ha salido a la perfección.

Redacción: Chema
Fotos: Mario, Dolz, Marilena y Alfonso

1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bien explicado y muy poético. La verdad es que leyendo la crónica dan ganas de hacerse barranquista