¡En Benicassim, en Aquarama, la aventura te llama! Esto es lo que hemos oído toda la vida si querías ir a divertirte con toboganes pero, ¿por qué no ir a un parque acuático natural? Pensado y hecho, desde el club Tracalet se propone dirigirse a Prades (Francia) con la excusa de hacer Les Gorgues du Llech el domingo, parque acuático natural repleto de saltos y toboganes que no dejan indiferente, como actividad cortita de una mañana y un plato bien fuerte para el primer día sábado: Les Gorgues du Saint Vincent. Barranco que nunca se olvida, no sólo por lo bonito, sino por su dura aproximación. Su reseña no deja indiferente: 2:30-3:00 horas de aproximación, 5-6 horas de descenso y 30-40 minutos de retorno. Actividad que requiere buen madrugón para acometerlo así que, dicho y hecho, el sábado madrugamos para poder estar a las 7:00h en el parking de inicio de la aproximación. Son aproximadamente unos 1000m de desnivel los que hay que salvar por lo que cada uno lleva su ritmo y nos vemos todos en cabecera.
Alrededor de las 11:30h y tras cambiarnos y pegar un bocado acometemos el descenso Jordi, Alfonso, Iván, Miquel, Félix y Minerva. Las dos primeras cascadas según reseña son evitables pero por seguridad decidimos descenderlas ya que hemos venido a eso, jeje. Según reseña tenemos por delante 38 rápeles de no demasiada longitud a excepción de dos cascadas reseñables: la famosa Cascada de la S (cascada engorgadita con un rápel fraccionado a mitad que le da la forma de “S” y la Gran Cascada Fraccionada en 3 partes con 17, 13 y 45 metros sucesivamente. Tras estas dos cascadas ya llevamos más de 2/3 del barranco hecho pero se va notando el agotamiento en todos, ¡VENGA, YA CASI LO TENEMOS, CHICOS! Unas gominolas, chocolatinas, algo de agua y unos truenos amenazantes e inesperados que acaban siendo cuatro gotas y, tras la Cascada de Anglois estamos fuera. Nuestras caras de satisfacción y agotamiento lo dicen todo porque como dicen: SARNA CON GUSTO NO PICA aunque en esta ocasión ha picado bastante. Ya sólo nos quedan 40 minutos de cómodo retorno al coche para poder beber algo fresco y buscar un lugar donde nos den la tan merecida cena. ¡RETO SUPERADO!
Al día siguiente madrugamos también, aunque un poco menos, para poder hacer El Llech de los primeros y no coger delante la gran cantidad de empresas de aventura que sueles encontrar pero nuestro gozo en un pozo: de camino en el coche empieza a tronar y llover cerrándose completamente el cielo. Ya en el parking miramos la previsión y parece que no mejora hasta algo más allá de las 12:00h. Si no tuviésemos que volver a casa esperaríamos pero así decidimos un plan B: desayuno en una Boulangerie, en la que enfrente están montando un mercadito. Tras desayunar y dejar de llover, compramos productos típicos de la zona y regresamos hacia casa pensando ya cuando volver para hacer lo que nos ha quedado pendiente.
Continuará...
By Minerva
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